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En Albons, un pueblo gironés situado en el Bajo Ampurdán, una vivienda rural de finales del siglo XIX ha regresado a la vida por obra y gracia de la arquitecta Glòria Duran Torrellas. Las paredes de piedra y las vigas de madera que tanto encanto daban a la casa han recuperado el esplendor y hoy lucen orgullosas a la vista de todos. Ya desde la entrada podemos notar la mezcla entre pasado y presente. En este espacio, la arquitecta ha diseñado un mueble que ejerce como separador del salón a la vez que deja pasar la luz y contiene la chimenea. Su forma minimalista y su acabado contrasta con la rugosidad de los muros y aporta un toque más urbano. Este efecto también lo consigue la escalera con pasamanos de cristal y la decoración, con piezas amables, textiles acogedores y colores que invitan a relajarse y a sentirse en casa. Además, un patio interior acristalado recorre la vivienda llenando su interior de luz y dejando que la naturaleza haga presencia. Los suelos de barro de las plantas superiores se recuperaron y en el primer nivel se optó por un pavimento continuo de hormigón.
Si después de recorrerla (puedes hacerlo en la galería de imágenes que preceden estas líneas) te has enamorado, estás de enhorabuena, porque la propiedad (que cuenta con 341 metros cuadrados repartidos en 3 dormitorios con vestidor, 3 baños, 2 salas de estar, una cocina con office, zona de lavado, además de tener un jardín con piscina de 98 metros cuadrados) está a la venta a través de Casses Singulars.
www.casessingulars.cat
www.gloriaduranarquitecte.com

En el pueblo de Albons, una vieja casa de piedra de 1873 ha regresado a la vida de la mano de la arquitecta Glòria Duran Torrellas.
Buen recibimiento
Al entrar en la parcela, encontramos un jardín de 98 metros cuadrados con piscina.

Las piedras de la fachada delatan su pasado.
Primera impresión
Al entrar ya percibimos los objetivos que buscaban perseguirse con la rehabilitación: respetar el pasado y conseguir las comodidades del siglo XXI.
Asiento en la entrada
El banco es el modelo Noldor, de ZAGO.
Separador
La arquitecta ha diseñado un mueble en la entrada para separarla del salón.
Frontera permeable
Las baldas de metal dejan que pase la luz a la vez que da intimidad a ambos espacios. También sirve para contener la chimenea.


La alfombra modelo Rodas de Gandía Blasco delimita el espacio.
En pareja
El juego de mesas de centro bajas son el modelo Stockholm de ZAGO y los cestos son de Cistelleria Jordi Batle.
Un buen apoyo
Mesa baja modelo Pixy de roble, de ZAGO
Entre algodones
El sofá es el modelo Corino de Casual.
Un toque turquesa
La butaca con pouf es el model Fauteil, color azul, de ZAGO.

En el suelo, pavimento continuo de hormigón in situ.
Corazón de cistal
Al fondo puede verse en patio interior de cristal que recorre las plantas de la vivienda.
Office en blanco
La mesa es el modelo Dry de Ondarreta y las sillas son de los Eames (todo adquirido en Grao).
Cocina minimalista
El mobiliario de la cocina es ek EGGER W1000 ST9 de carpintería Berbio Fusters, diseñado por Glòria Duran Torrellas que también firma las lámparas del patio acristalado.
Subir de nivel
La casa cuenta con tres plantas.
A la vista
Subiendo la escalera transparente, de estructura de hierro y peldaños de madera, y que se encuentra adosada al patio, accedemos a la planta primera.
Primera planta

Alfombras, colchas y cojines de Calma House.
Vistas al patio interior









