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Con solo cruzar la puerta de este piso de 58 metros cuadrados, situado en la planta más alta de un edificio de fachada de ladrillos de Gotemburgo, podemos percibir que nos encontramos ante un hogar especial. La luz lo invade todo al colarse por sus ventanas arqueadas desde las que se pueden ver las grúas del puerto. Sus paredes irregulares nos dejan adivinar sus más de 100 años. Sus techos abuhardillados que llegan a medir más de 3 metros provocan una sensación acogedora y amplia al mismo tiempo. Los tragaluces nos invitan a soñar contemplando las nubes del cielo pasar o las noches estrelladas.
Se ha optado por una decoración sencilla que ayuda a percibir mejor el espacio. Pocas piezas, pero muy bien escogidas, que crean un interior tan funcional como bello y que delimitan las distintas estancias sin perder el concepto abierto. La paleta cromática elegida se restringe a los tonos neutros, con profusión de blancos, negros y grises. Las texturas que aportan la madera, el cuero, las fibras naturales, los textiles y el metal dan profundidad al conjunto de una forma discreta. El resultado es un hogar sencillo que acoge y sorprende.
Estilismo: Team Sarah Widman
Foto: Cim Ek
www.alvhem.com

La planta de este piso de 58m2 ha permitido mantener todo abierto y que cada espacio tenga privacidad.
Todo incluido
Vista de la cocina, en blanco y con detalles en madera. Los electrodomésticos se han panelado para integrarlos por completo.
Almacenaje visto
Sobre la encimera, unas baldas abiertas.
Office
Junto a la cocina, una mesa de comedor.

Las ventanas arqueadas son uno de los elementos originales del s.XIX que dotan a la vivienda de carácter.
Ático
Las vistas son de los tejados de la ciudad y las grúas del puerto.
Mucho carácter
Ventanas arqueadas, pilares a la vista, muros irregulares…
Pisar fuerte
Los suelos son de madera de roble.
Mucha luz
Las ventanas y los tragaluces dejan que la luz invada cada rincón del piso.
Sacar virtud
El muro irregular de la entrada ha servido como un separador que da privacidad al dormitorio.

La cocina con comedor vista desde el salón.
Quedarse en blanco
Las paredes se han pintado de blanco para darle protagonismo a los elementos arquitectónicos.
Abierto y compartido
Tras pasar por la cocina llegamos al espacio que comparten el salón y el dormitorio.
Zona de confort
El salón, con banco de Ikea diseñado por Ilse Crawford y silla Swan de Jacobsen.
Texturas
Al ceñirse a una paleta cromática muy limitada, se ha prestado especial atención a las texturas.

Las obras de arte también se han mantenido en la paleta de color.
Pincelada verde
Sobre el alféizar de una ventana, una planta aporta un toque vegetal.
Delimitar
La alfombra y las distintas orientaciones del salón y el dormitorio crean una separación visual.
Coordinados
Al compartir el mismo espacio es muy importante que el dormitorio y el salón estén dentro de la misma paleta cromática y el mismo estilo.
Luz divina
Sobre la cama, un tragaluz aporta luz al dormitorio.
Asimetría
Sobre uno de los lados de la cama, una pareja de obras abstractas.
Como un roble
En el dormitorio continúa el suelo de roble del resto del piso.
Detalles de la arquitectura
A los pies de la cama puede percibirse la irregularidad de las paredes, que le aportan mucho carácter.
Gran capacidad
Un armario empotrado ocupa toda la pared del dormitorio.
Baño
En azul, con azulejos con textura.
Totalmente equipado
Está situado en la entrada, a la izquierda.
Pura fachada
De ladrillo, con tejados rojizos.
Barrio
Está situado en uno de los barrios con más vida de la ciudad.
Buena planta
El plano del piso, en el que puede percibirse su planta irregular y abierta.
Me gustó que lo aprobamos.
Puedo aconsejarte sobre este tema. Juntos podemos encontrar una solución.
frio !!!!
En mi opinión, esto es obvio. No me gustaría desarrollar este tema.
Es una pieza notable, muy valiosa.
Muchas gracias por la explicación, ahora no cometeré tal error.